La Rosácea es una vasculitis crónica de la piel y como en cualquier condición crónica, muchos factores juegan un papel sin haber una causa específica (por lo que no puede tratarse con un fármaco específico y es imposible revertirla sin un manejo Integral).
En lo personal, puedo decir que le debo a la Rosácea el camino que elegí de la Medicina Funcional porque me abrió los ojos a otro mundo de la sanación. Hoy, le dedico un artículo entero a la inmensa profundidad que hay detrás de ésta condición.
Es la ejemplificación perfecta de la manifestación física del desbalance. Sí, es cierto que todas las condiciones podrían describirse así, pero la Rosácea lo hace evidente más fácilmente. Imaginen una condición que funciona como una alarma que nos avisa en el momento preciso en el que el cuerpo llega a un extremo- ¡cuanta profundidad debe haber detrás de ella!
Puede sonar raro pero… yo he llegado a amarla con todo el corazón. Para las que tienen esta condición, las invito a verla como una alarma valiosa que tienen en su vida para despertarlas y llevarlas de momento a momento a otra forma de vivir.
La Rosácea es muy común, pero poco comprendida.
“Evita lo muy frío, o lo muy caliente y cuando tengas una exacerbación te aplicas esta crema”. Eso me dijeron una vez. En otra ocasión, me dieron hasta antibióticos y antiparasitarios (juntos).
Después de estudiarla a fondo y por pura experiencia personal he llegado a esto:
El cuerpo es demasiado inteligente como para no poder lidiar con el calor y el frío. Si tu piel está reaccionando exageradamente a algo que no tendría porque afectarla, es porque tu cuerpo YA vive un desbalance interno fuerte, y la Rosácea no es nada más que un simple disparo al llevar ese desbalance al extremo con una situación tan normal como lo es el frío.
Para fines prácticos, dicho desbalance se resume a INFLAMACIÓN. Tu cuerpo vive en constante y leve inflamación interna (que no es visible) y al llegar a ese famoso “extremo” tu piel termina manifestándola. Y sucede de un momento al otro como presionar un botón de “encender”. Es por eso que aparece en un momento de mucho estrés, vergüenza, incluso al terminar de comer un pastelito o tomarte un par de copas de vino. Es realmente difícil manejar la Rosácea. No avisa, solo aparece.
Ahora sí, hablemos de lo bueno:
¿Cómo se ve la Rosácea? ¿Tengo Rosácea?
Así como el título del artículo; literalmente sientes la piel en llamas. De un momento a otro hay calor (debido a la vasodilatación), rojez en mejillas, nariz, incluso toda la cara. Puede haber irritación ocular y ojos llorosos. Por lo general se acompaña de acné pustular y engrosamiento de la piel. Algunos refieren picazón en momento de la exacerbación.
¿Cuáles son los factores que la desencadenan?
· Componente Hormonal: Etapas de transición como la pre-menopausia u otros desbalances.
· Componente fuerte digestivo: (Síndrome de permeabilidad intestinal o “leaky gut”), intolerancias alimenticias como lácteos, gluten, soya etc.
· Sistema Inmune debilitado: Disbiosis intestinal y otras condiciones.
· Cambio súbito de temperatura (no solamente externa sino interna como la que producen ciertos alimentos como el café y la comida picante).
· Medicamentos que producen vasodilatación o hacen reaccionar al cuerpo por su toxicidad.
· Ingesta de alcohol
· Productos de piel que contienen disruptores endocrinos y otros químicos que el cuerpo reconocer como “extraños”.
· Estrés crónico y ansiedad.
“Menos es más”
He descubierto que, en cuanto a la reversión de condiciones crónicas como ésta, practicar este concepto es clave: “menos es más”. Menos productos aplicados sobre la piel y menos productos alimenticios que no agregan valor a tu salud. Menos estrés. Menos extremos.
Más calma, más aceptación, más amor propio, más productos naturales.
Si tu cuerpo está limpio internamente, tu piel manifestará esa limpieza externamente. Sin picos de inflamación, tu cuerpo deja de ser propenso a reaccionar a los extremos de los que estamos hablando que producen las exacerbaciones o “encienden las llamas”. ¿Por qué? Porque tu cuerpo estará en balance y cada vez que lo sometas a una “anormalidad”, sabrá reaccionar adecuadamente. Siempre digo a mis pacientes “el problema es cuando perdemos ese balance interno-y el cuerpo se vuelve propenso a reaccionar exageradamente aumentando niveles de inflamación”.
Algunos cambios clave que debes hacer:
1. Soporte Gastrointestinal- Pro bióticos naturales y alimentos pre-bióticos. Recuerda: menos es más (que tu intestino haga el menor esfuerzo posible para digerir lo que ingrese a tu cuerpo). ¡ABUNDANTE AGUA!
2. Disminuir ingesta de productos inflamatorios (todo los productos que no son alimentos reales y todo lo que tu cuerpo ha demostrado no poder tolerar). La azúcar es un importante desencadenante de la inflamación y disminuir su ingesta es clave.
3. Aumentar ingesta de anti-inflamatorios y fitonutrientes- verdes, rojos, en resumen: ¡colores en abundancia!
4. En la superficie, pégate a productos naturales como la sábila, los aceites naturales, lienzos de té verde, mascarillas de avena etc.
Voy a terminar con el consejo más valioso que puedo darles:
Aprende a amarla y a saber vivir con ella, porque una vez tengas la piel clara e impecable y vuelvas a des-encarrilarte; ella aparecerá para que regreses a tu balance.