Me llamo Arianne Meza y soy apasionada por la sanación integral de mente, cuerpo y alma. Me gradué de Medicina de la Universidad Francisco Marroquín en Guatemala en el 2016 y al siguiente año completé un programa de coaching de Nutrición Integrativa. Para ese momento yo ya había sido testigo de diferentes formas de sanación y estaba convencida en que la mente, nuestra alimentación y nuestro estilo de vida no podrían separarse de nuestro cuerpo físico en cuanto a la reversión de las enfermedades.
En el proceso de aprender sobre mi alimentación encontré la Medicina Funcional (o ella me encontró a mí) y, ¡ha sido un camino realmente apasionante! Decidí dedicarme a practicar la Medicina Funcional en la Mujer, y darle un nombre a mí practica: “Salud Integral de La Mujer”. El propósito no sólo sería tratar a las mujeres con enfermedades crónicas y ayudarlas a sanar de una manera integral, sino educarlas.
Te voy a contar un poco sobre mi historia:
Cuenta mi mamá, que a los cinco años le pedía que me dibujara el trayecto del sistema gastrointestinal para verlo mientras comía y así podría imaginarme lo que estaba pasando con la comida mientras recorría por mi cuerpo. El cuerpo humano, hoy en día, me sigue pareciendo la maquina más fascinante sobre la tierra.
Regresando a mi niñez, mi papá era médico y cada vez que lo acompañaba al hospital yo sentía un “rush de adrenalina” solo de caminar por los pasillos. Puedo decirles con honestidad que elegí de la manera más perfecta mi profesión, siempre quise ser doctora.
Pero no todo fue felicidad. Como en todos los caminos hay curvas, subidas y bajadas. A la mitad de mi carrera hubo una “bajada” fuerte. Me sentía perdida. Por un lado, amaba la Medicina como la conocía. Por otro lado, me sentía totalmente apasionada por la sanación cuántica, la medicina de energía, la metafísica, y el crecimiento espiritual que lleva a la sanación del cuerpo. Leía libros como “Anatomy of the Spirit” y “The Biology of Belief” en mi tiempo libre. Cuando me enfermaba lo último que quería era tomar una pastilla, quería agarrar mi libro de afirmaciones y sanarme a puras creencias. Encerrarme a meditar.
Crecí en un entorno espiritual, no religioso. Me enseñaron a no tener una religión sino a vivir en amor que era mi esencia. Por supuesto que soy creyente, pero creo que Dios es tan grande que no se puede encapsular en un objeto. Está en todos, está en ti, está en la sanación y también en la enfermedad. Crecer en este ambiente me hizo sentir hambre por unir el cuerpo y el alma. Por querer entender cómo era que todo estaba conectado.
Ser fieles a nuestra verdad puede ser difícil, pensar en decirle a mi papá que no iba a seguir un camino de medicina convencional me pesaba tanto que creo que fui borrando de mi memoria conversación tras conversación. A pesar de que me apoyó finalmente, tuve muchos miedos de formar una práctica “diferente”. Sin embargo, todo en la vida son lecciones, y esa fue una muy importante para mí.
Poco a poco fuí descubriendo que sanar no es cuestión de magia, decir y hacer cosas positivas. Y tampoco lo hace un fármaco. La sanación es compleja y a la vez simple. Es un proceso. Es constancia y es disciplina. Es una mezcla perfecta entre la forma en la que vivimos (lo que yo llamo Consciencia Espiritual), y saber darle al cuerpo el soporte que necesita para trabajar (lo que yo llamo fármacos reales y otros llaman comida).
Hoy decido crear esta pagina porque desde que decidí emprender el camino de Educar en Salud sabía que debía tener una intención clara. Y resulta que tengo 2:
- Que las mujeres conozcan sobre su cuerpo; solo así pueden conectarse a él y querer amarlo.
- Que aprendan a sanar el cuerpo mediante la sanación de la VIDA.
Realmente amo lo que hago y me encanta poder compartirlo con ustedes.